Shipibo

Los Shipibos

Son una antigua población indígena que reside en la ribera del río Ucayali que nace en la cordillera de los Andes y se une con el Amazonas.

Reciben influencia externa especialmente desde el siglo XVII con la afluencia de misioneros, de lo que a día de hoy sumándole la globalización ha resultado en una desestructuración brutal, con el abandono del estado a toda zona rural y la pérdida de su forma de vida típica, pero al menos aún conservan una gran parte de su cultura e idioma.

Por desgracia, la mayor parte de personas pertenecientes a estas poblaciones viven en zonas marginales debido a la pérdida del poder económico y por la estacionalidad ya que durante 4 meses al año muchos residen en zonas inundables.

La pérdida de su forma de vida, de la misma manera que otras muchas poblaciones indígenas en todo el mundo, han marcado el rumbo de estas poblaciones hacia la exclusión social.



¿Por qué hablamos de esto? 

Resulta que uno de nuestros casos externos más graves ( encontramos 6 menores en la calle pertenecientes a la misma familia con

aún más menores a su cargo), son Shipibos y varios de los niños de la aldea proceden de estas comunidades, por lo que para ayudar, es necesario conocer la cultura y su problemática.

¿Cómo ayudamos?

-Valorar la situación.
El 28 de febrero encontramos lo que creímos 7 niños en la calle, sin atender, de noche y sin comer. Sus edades iban desde los dos meses de edad, 2 ,3,4,7,14 años y la última supuestamente 16 (al día siguiente descubrimos que eran 21 y era la mamá del bebé de 2 meses y los dos niños de 3 y 4 años)

-Actuar.

En esta situación...decidimos llevarlos a casa (que recordemos no era nuestra, sino que nos prestaban una habitación) y darlos de cenar, bañar al bebé que estaba enfermo y revisar a todos los niños.

Al día siguiente llevamos al bebé de dos meses al doctor (al final necesitó medicamentos...) y visitamos la casa de Teresa, donde vivían, que resultó ser de una de sus cuñadas,era una "sala"en una zona marginal, sobre el agua, sin agua corriente ni muebles, ni cama.

Los niños dormían en el suelo (al menos contaban con una sola mosquitera para los niños)
Ahí descubrimos que Teresa era la mamá de tres de los niños y nos habló del resto de su familia. 

Dada la situación, que nosotros interpretábamos como crítica, decidimos que al día siguiente realizaríamos una visita al resto de su familia.

Inconscientemente y casi por impulso, por no dejar de pensarlo durante la noche, Alba salió muy temprano a comprobar cómo y dónde dormían los niños, que como anteriormente mencionamos, era en el suelo con apenas alguna manta.

Su madre ya era abuela con tan solo 37 años de 5 niños y madre de otros 9,  igual de desatendidos que sus nietos.
Su padre me recibió para ver en qué más podría ayudarles.

En esta casa había otra sorpresa...un Pichico de unos 6 meses vivía con la familia.

En todo el desbarajuste de situación llegó Carlos con los refuerzos y un transportín.

Tras dos horas de negociación, la familia nos contó que algunos de los niños ni siquiera tenían partida de nacimiento por lo que nunca habían ido al médico, habían nacido en casa, estaban sin desparasitar y sin vacunas.
 Al no tener documentos y no existir para el estado, tampoco podían recibir educación.

Finalmente accedió a recibir ayuda bajo nuestras condiciones:

1- Nada de fauna silvestre en la casa, mascotismo o venta.
2-Los niños y las niñas estudian por igual (El padre estaba interesado únicamente en los estudios de su hijo mayor)

Finalmente apenas obtuvimos colaboración por parte de esta familia a pesar de nuestros esfuerzo, si nos dieron al pichico que ahora se encuentra en un centro de rescate de fauna silvestre, Esperanza Verde, donde realizan un trabajo de recuperación maravilloso.
http://www.esperanzaverdeperu.com/en/wildlife-rescue-centre/

Pero por desgracia solo pudimos mejorar la salud del bebé de dos meses, a pesar de conseguir citas médicas y desparasitante para los niños además de material escolar, no se presentaron para recibir ayuda.



Conclusión.

Error, esto no se debe hacer ( y en caso de hacerlo, hay que reflexionar aunque solo sean dos minutos)
Nos pusimos en  riesgo, no conocíamos al completo la situación y es actuar en caliente, sin contar en muchas ocasiones con la ayuda de las propias familias.

Visto ahora, lo mejor hubiera sido avisar a la fiscalía de menores en el mismo momento en el que los encontramos ( Están avisados actualmente de la situación y esperando para proceder), para procurar una actuación rápida, una primera denuncia de abandono y una posibilidad de futura estabilidad y educación para los niños.

Sé que suena muy duro y que por denuncias como esas pueden separar a esta "familia" pero la integridad familiar va por detrás de la supervivencia y salud de estos niños, por lo que hay que actuar con mente fría, cosa que aún no sabemos hacer.

Seguramente nos seguiremos equivocando, pero esto nos ha hecho aprender mucho de como actuar para el futuro, porque volverá a ocurrir, no es la situación de una familia, sino la realidad de miles.



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